domingo, 18 de abril de 2010

Autorretrato: Edward Scissorhands


DESCRIPCION DEL PERSONAJE BASE Y CARÁCTERISTICAS DENOTADAS PRINCIPALES:

Una mescla de Frankenstein, el Hombre de Hojalata, el Principito: Edward Scissorhands, Un ser melancólico, profundo es el héroe de los cuentos, quien nunca nació, y apareció de pronto por obra de un científico que lo abandono sin terminar su obra, dejandole tijeras en vez de manos; Entonces quiso ser como los seres humanos, pero se dio cuenta de que les faltaba alma. Quiso encontrar el amor y halló concupiscencia. Se enamoró de cosas imposibles. Y sufrió como los hombres.

Concebido como un moderno cuento de hadas, Eduardo Manostijeras es el más fiel reflejo de las obsesiones de su director: Tim Burton, la dialéctica existente entre lo diferente y lo cotidiano, lo monstruoso frente a lo vulgar. Su protagonista es una más de esas víctimas de la hipocresía social. Su mundo, el castillo en el que vive recluido, es la materialización de la pureza, alejado de toda contaminación que supone el contacto con la realidad cotidiana. Un mundo, en fin, de ensueño (y que obtiene su metáfora más perfecta en esa máquina de hacer galletas inventada por su padre-científico, un Vincent Price coronando su larga filmografía antes de la muerte, tanto en la realidad como en la ficción). Tan sólo una verja lo separa de la urbanización donde se desarrolla la historia, una hilera de casas de tonos pastel donde existe una supuestamente tranquila y apacible vida: la materialización de una sociedad de plástico, cuyos valores humanos han quedado velados por las barbacoas, las camas de agua y la televisión por cable. Es la negación absoluta de la imaginación y la fantasía. Conceptos que Eduardo, una vez penetra en esa realidad que no le pertenece, pretende trasladar a sus jardines y a sus peinados.


En su visita al mundo exterior, el protagonista aprende lo que es el odio y el engaño. Sus tijeras, que en su hogar era lo que le permitía crear esas fascinantes obras de arte, son aquí las que producen dolor. La incomprensión y la intolerancia acabarán por devolver a Eduardo a su lugar de origen. Incapaz de acariciar a un ser querido sin hacerle daño, forzado a portar máscara en un mundo de apariencias, es condenado a vivir eternamente en su antigua mansión. Pero, en su soledad, siempre hallará un refugio al que acudir en sus momentos más afligidos, lo único verdadero que pudo encontrar en aquel mundo de ficción: el amor de Kim, la hija adolescente del matrimonio que le acogió en su hogar. Es éste un lenguaje que ya conocía en su mundo, el sentimiento que le unía al científico que le creó.


Sin duda la obra más personal de Burton, Eduardo Manostijeras se constituye como un auténtico alegato contra la hipocresía y la mezquindad de la sociedad, al mismo tiempo que le permite a su director realizar un particular homenaje a toda la imaginería del cuento infantil en su máximo grado de elegancia formal, conjugando la primorosa calidad plástica de la forma con la profundidad fabuladora de sus contenidos.

Lo que El joven manos de tijeras plantea, de una manera para nada
inocente, es la posibilidad de refugiarse en el arte. Al parecer, únicamente
en la soledad, en el aislamiento, puede el artista lograr su mejor obra. Lo
tremendo es que es esa misma opción la que no le permite compartir su
trabajo con nadie. Nadie lo entiende. Su trabajo, por lo tanto, se vuelve
inútil, puesto que la única belleza que vale es aquella que se comparte.
En este sentido la figura de Edward se transforma en una de las más
potentes metáforas que se han visto en mucho tiempo sobre esa soledad
que abarca todas las soledades: la soledad del artista diferente, la soledad
del fantasma, la soledad del que no crece ni envejece. Tal como lo escribió
el joven autor argentino Rodrigo Fresan, la soledad de Edward es "la de
alguien que tiene tijeras en vez de manos porque no fue terminado y que,
gracias a esto, es más completo que el resto de todos nosotros".


REFERENTES VISUALES, BOCETO Y PLANIFICACION DE LA TOMA
FICHA TÉCNICA:

Colores a utilizar: Colores obscuros, que reflejen la melancolia del personaje
Vestuario: Ropa obscura, accesorios, aluminios, elementos filosos.
Maquillaje: blanco, negro, lograr aquella composición expresiva.
Toma realizada en un lugar: Cerrado dodne se pueda trabajar también un poco mas la escenografía y controlar la iluminación, quizá un estudio o una habitación que pueda trabajarse.
Hora del dia: podría variar dependiendo de si quedase mejor con alguna luz leve, nocturna o nublado, con focos para respaldar.

BOCETO


FINAL




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